El día 22,
visite de nuevo el Parque de Cabárceno, con el fin de continuar con las fotos
de los oseznos.
Han pasado
unos meses y las crías van creciendo y se hacen revoltosos.
Este año
hemos podido ver unas cuantas crías, posiblemente hayan sido más de diez, con
algunas bajas por incidentes fortuitos.
Un pequeño
osezno murió tras no superar los efectos de la anestesia administrada para
poder bajarlo del risco en el que estaba encaramado.
El pequeño
oso se subió a la cumbre con caída vertical, peligrosa para su integridad, como
consecuencia de su huida de los machos adultos que, en época de celo, tienden a
atacar a los ejemplares para jóvenes.
Para evitar
que cayera, personal del Parque de Cabárceno procedió a sedar al animal y,
posteriormente, el ejemplar dormido en el filo de la peña, dos dotaciones de
bomberos del 112 le bajaron a una zona y trasladarle con cuidado al espacio de
cuarentena, con falleció a pesar de los esfuerzos realizados para salvarle la
vida.
También en
podido conocer según información que me han facilitado que también otro pequeño
osezno murió de un ataque de un macho.
Los oseznos
son protegidos por sus madres, pero al mayor descuido pueden recibir un ataque
de cualquiera de los grandes machos.
Los pequeños
a veces se protegen subiendo a zonas muy complicadas y muy altas, para evitar
el peligro, pero se encuentran al final con el peligro de poder bajar corriendo
mucho riesgo.
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