23 de abril de 2019

SEMANA SANTA de Santander 2019 - 17 abril (II)



























La segunda procesión de este día, por la noche, se celebró la que corresponde a la Santa Misericordia, organizada por la Cofradía de El Santo Entierro.

Se inicio desde la Plaza Porticada, Juan Herrera, Puente, Calvo Sotelo, Somorrostro y plaza de Eguino Trecu, para llegar a la Catedral.

El regreso, por plaza Eguino Trecu, Somorrostro, Calvo Sotelo y terminar en la carpa de Exposiciones de Pasos.

La Cofradía de el Santo Entierro, pertenece a la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro del Señor y San Fernando Rey, fundada en 1947.

Su sede canónica es la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen (Barrio Pequero).

El emblema está representado por escudo coronado por la realiza de San Fernando. En la mitad izquierda aparecen las armas de Castilla y León y en la derecha las de la ciudad de Santander.

Como hábito, es la túnica y zapato negro, capa y fajín rojos, cubrerrostro blanco.

Su historia data desde 1947 y la sede canónica pasó de estar instalada en la Iglesia de la Anunciación (1947-1969) a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen del Poblado Pesquero a partir de 1997. El hábito se componía, primitivamente, de túnica y cubrerrostro azul oscuro, esclavina roja (llevando la junta de gobierno capa del mismo color), cíngulo morado y zapato negro. Pero desde la reorganización de la Hermandad en 1996, el equipo ha variado constando ahora de túnica y zapato negro, capa y fajín rojos y cubrerrostro blanco. Escudo coronado por la realeza de San Fernando, en la mitad izquierda aparecen las armas de Castilla y León y en la derecha las de la Ciudad de Santander.

En esta procesión de la Santa Misericordia sale la imagen de Jesús de la Misericordia, obra de la escultora Gema Soldevilla, realizada en el 2017.

Se trata de un Cristo crucificado, pero aún vivo, realizado en madera policromada. La figura mide 1,82 metros de altura y, con cruz incorporada, alcanza los 4 metros. El crucero tiene unas medidas de 2,30 metros. Soldevilla había tomado como modelo para la cara del Cristo la de un hombre de Santander. Después de esculpirlo había realizado el proceso habitual: "Primero el estucado y después la policromía, con sombreado para darle sensación de dolor y de vida". "El Cristo mira hacia arriba, hacia el Padre, como diciendo ¡Perdónales, que no saben lo que hacen!". Los ojos son de cristal, castaño oscuro; el pelo es tallado y lleva u  paño de pureza también tallado, que deja al descubierto las caderas. En trabajo ha sido complicado y difícil. Primero, la artista realizó un molde en barro y luego en escayola, y después la talla en madera con creatividad muy realista.

Los cofrades del Santo Entierro portaron la figura crucificada a hombros, desde la Plaza Porticada hasta el claustro de la catedral.

Es un recorrido silencioso con distintas paradas y el coro cantando un Miserere compuesto por Gema Soldevilla.

En el interior de la catedral, se desarrolló el besacruz de la reliquia de la Cruz de Cristo que conserva la Cofradía de la Vera Cruz, de Solares, un trozo que formó parte el Lignum Crucis de Santo Toribio de Liébana.

Esta procesión es espectacular en su recorrido con el Cristo a hombros, en silencio e iluminada por las velas de los cofrades.

En el acto tanto del claustro y en el interior de la catedral, es emotiva, donde se cantada por unas destacadas voces del coro que dirige mi amigo, Juanjo del Valle.

Para mí, es una de las procesiones que más me impresiona.

Este año como el anterior, a la hora de iniciar la procesión, comenzó a llover, pero no se llegó a suspenderla.













SEMANA SANTA de Santander 2019 - 17 abril (I)

























El día 17 de abril, se celebraron dos procesiones, una a las 20:00 horas, del Perdón y Silencio, organizada por la Archicofradía de la Merced.

Desde la capilla de la Merced, en la calle Bonifaz, recorriendo las calles de Bonifaz, Lope de Vega, Hernán Cortés, San José, Plaza del Príncipe, Plaza Porticada, Juan Herrera, Isabel II, Ruamayor, hasta la iglesia de Consolación.

El regreso por las calles, Alta, Ruamayor, Isabel II y Juan de Herrera, hasta la carpa de las Exposiciones de Pasos.

Este recorrido último no estaba previsto, pero la lluvia les obligo a quedarse y recoger las imágenes en la carpa.

La cofradía de la Merced, pertenece a la Archicofradía de la Celeste, Real, y Miliar Orden de Nuestra Señora de la Merced, con sede en la capilla de la Merced, de la calle Bonifaz.

Hábito: Gran manto blanco o bien túnica con escapulario del mismo color. Cubrerrostro y guantes blancos, excepto el día de Viernes Santo en que lleva ambas prendas negras. Zapatos blancos y calcetines negros.

Emblema: Escudo de la Orden de la Merced enmarcado en una Cruz de Malta blanca y con corona real.

Pasos: El Ecce Homo, La Piedad y la Virgen de Nuestra Señora de la Merced.

Esta cofradía es la segunda cofradía penitencial más antigua de Santander, la Archicofradía de la Merced, se remonta a mayor de 1942, aunque cabe destacar que comenzó a organizarse después de la guerra civil. Estuvo integrada en un principio por prisioneros de la guerra, los cuales establecieron un escudo y hábito propio de acuerdo a la heráldica y símbolos de la advocación católica a la cual pertenecían la Orden de la Merced. Este serie de hechos primitivos, como el origen de los primeros congregantes, provocaron que años más tarde, le fuera concedida a la Hermandad el título honorifico de Celeste, y Militar. Se trata además de la primera penitencial de España formada por ex cautivos de la guerra civil. Desde un primer momento tuvo su sede canónica en la pequeña capilla de Nuestra Señora de la Merced, en la calle Bonifaz. Es importante señalar que uno de los momentos más destacados de la procesión de miércoles santo, en la que la Hermandad recorre las principales arterias del centro urbano de Santander, se produce cuando, ya montadas las dos efigies titulares sobre sus andas, los costaleros sacan desde el interior de la capilla las imágenes, con una perfección y precisión milimétrica indescriptibles, que pone de manifiesta el esfuerzo y dedicación de los cofrades, al hacer pasar las andas de los pasos aprovechando las estrechas dimensiones de la puerta principal. Una de las costumbres más arraigadas dentro de la Archicofradía, es la de portar un cubre rostro con guantes y cíngulo negro el día de viernes santo, en señal de luto por la muerta de Cristo, a diferencia de los demás días en los que procesiona, sus cofrades llevan un hábito completamente blanco. Asimismo ese día la virgen titular también porta un rostrillo azabache, ricamente bordado y decorado.

A lo largo de varios años después de su fundación, cuando se crearon las demás penitenciales modernas, adquirió diversas piezas escultóricas de gran valor artístico, las cuales son procesionadas sobre esplendorosas andas de maderas nobles durante la Semana Santa. No fue hasta 2004, cuando la Hermandad encargó a la artista local y también cofrade de otras hermandades, Gema Soldevilla, la genial talla de vestir de la Virgen de la Merced.

La penitencial procesiona los días de Domingo de Ramos, Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección, acompañando al cortejo que se celebra paralelamente. Es decir, acompañando a la Cofradía de la Inmaculada y su Virgen Inmaculada Gloriosa, al encuentro con el Cristo Resucitado, al cual acompañan las demás penitenciales desde la catedral. El día de Miércoles Santo, cuando se celebra la Procesión del Perdón y del Silencio, la Hermandad atraviesa las calles de la capital en uno de los cortejos más artísticos y solemnes de la Semana Santa.

He de destacar en esta procesión la salida a hombros del paso desde la capilla, pero a medida que la procesión avanza y llega a la cuesta de la subida de Ruamayor, se produce otro momento de gran expectación, cuando, tras la pausada y elegante ascensión de la Virgen, los costaleros del Cristo afrontan la subida de una forma bruta, rápida, y agitada, al ritmo incesante de los tambores, con el consiguiente castigo para los hombros de los nazarenos.

Dicha procesión hace su estación cumbre a su paso por juzgados provinciales, donde años antes, al haber cerca una prisión, se liberaba a un preso. Actualmente al no existir dicha prisión, se libera al reo en otra prisión de la provincia y se realiza el acto simbólico de su liberación en un solemne acto ya bien entrada la noche. Más tarde, comienza la vuelta a la capilla.

Este año, como los anteriores, no fueron autorizados la liberación del preso.

"El Ecce-Homo". Esta magnífica y emotiva imagen fue realizada en maderas nobles por Andrés Novo Cuadrillero, para la Semana Santa de 1943, año en que la penitencial realizó su primera salida en procesión, portando a hombres esta imagen precisamente. Aunque fue esculpida en 1943, diversos motivos estéticos y de conservación, hicieron que la antigua talla fuera reformada por completo en 1948, por el propio imaginero cántabro. La cabeza del Cristo fue cambiada de angulación y postura, pasando mirar hacia el infinito, levemente caída hacia la izquierda. La altura fue rebajada notablemente, y las manos y el gesto principal fueron definidos para aportar a la efigie una sensación de mayor naturalidad. Esta reforma fue finalmente terminada para la Semana Santa de 1948, año en que además la Hermandad estrenó un nuevo vestido para el Cristo, el cual constaba de capa de terciopelo granate y túnica blanca, todo ello sobre unas sencillas pero adecuadas y muy apropiadas andas que aportan a la imagen mayor particularidad y estética belleza.

La Stsma Virgen de la Merced. La emotiva y magnifica talla de vestir de la Virgen de la Merced, titular de la penitencial, fue realizada por la artista local, Gema Soldevilla, para dicha cofradía en la Semana Santa de 2003, haciendo esta su primera salida en la Semana Santa del 2004. La Virgen, ataviada normalmente con un vestido blanco, y un rostrillo amarfilado con el emblema de la Hermandad y varias cadenas y broches (excepto en Vienes Santo), luce actualmente un elegante y vistoso manto ricamente decorado, que pende de la cabeza, siendo a su vez sujetado por la corona de planta que luce la efigie. Con respecto a la vestimenta de esta talla ha habido muchas variaciones durante los últimos años.

En la capilla, durante el resto del año (cuando la talla se expone al culto), se viste a la efigie con un sencillo aunque apropiado manto azul, con bordados azabaches, una túnica color burdeos, y un sudario que hace a la vez de cíngulo, de vivos colores. En 2011, la virgen lución un nuevo preciosos manto color turquesa, que volvió a ser sustituido al año siguiente por el actual. Otros años ha portado otros mantos diferentes (blancos bordados, color marfil, burdeos...). Durante el Viernes Santo de 2015, la Virgen lució un atípico aunque elegante y solemne conjunto, compuesto de túnica y rostrillo negros, y cíngulo y manto blancos. Todo ello con motivo de la conmemoración del 75ª aniversario de la Cofradía de los Dolores. La talla descansa sobre unas andas realizadas en madera, muy parecidas a las de los demás pasos de la Hermandad, y es portada a hombros por costaleros, durante las procesiones de Miércoles, Jueves y Viernes Santo. Luce también una espléndida y lujosa candelaria de plata en las esquinas del paso.

Este año, he acompañado la procesión desde su inicio hasta la cuesta de Ruamayor, para presenciar uno de los momentos más espectaculares, la subida con ritmo rápido de los costaleros portando los pasos.

Hace años, lo hacían corriendo, pero cada año, evitan ese esfuerzo y actualmente el ritmo es más lento, pero no por ello, es meritorio y donde se acumulan bastante personas  para presenciarlo