En este año, tras subir
Peña Lusa y Peña Labra, quedaba Peña Maín, como objetivo que veníamos
preparando desde hace tiempo.
El 19 de octubre de
2021, nos fuimos a la zona de Sotres, que siempre es complicado por la
carretera, pero antes parar en Unquera a desayunar.
Lo primero es madrugar
y llegar a Sotres, para subir hasta Pandebano y aparcar el vehículo antes que
llegue los demás coches, en esta ocasión y dada la fecha ya finales de octubre,
hemos podido comprobar la presencia de muchos visitantes y montañeros.
Para ir a Peña Maín,
existe dos alternativas, subiendo y en los primeros invernales, algunas de
estas casas ya convertidas en vivienda, existe un caminillo que se puede subir
para ganar recorrido, se trata de la Majada La Roble.
O bien, subir más
arriba el vehículo, pero si llegar a Pandebano y después por una senda por
encima de la Majada La Roble y pronto se encuentra el donde el inicio de la
ruta.
Nosotros empezamos por
la segunda, hasta llegar a la canal de ascenso, tramo algo exigente, aunque
corto, este tramo es conocido como la canal de Las Conchas del Coteru.
Una vez superado la
canal, llegamos a la Majada Soterraña, lugar donde la ruta suaviza y donde se
empieza a ver el Macizo Central de Picos de Europa, con Peña Castil, el Picu
Urriellu o Naranjo de Bulnes.
Continuamos por el
sendero y volvemos de nuevo ascender, todo este recorrido no tiene dificultad. Consiste
en ir ganando altura.
Llegamos al hayedo,
bosque pequeño y sorprendente que exista en un lugar tan rocoso. Lo dejamos a
la izquierda y a la derecha se encuentra la zona de Cueva El Queso.
Tras superar estos
pequeños y verticales ascensos, nos situamos enfrente de la Cabeza La Mesa. Aquí
en donde pensábamos que sería la cumbre de Peña Maín, pero no era, siendo
nuestro objetivo esta aun más lejano.
Teníamos que rodear
Cabeza La Mesa y en un poco tiempo, llegamos a la cima de Peña Maín.
Nos sorprende las vistas
impresionantes desde esta montaña, como es el Macizo Central de Picos de Europa
y más aún la silueta oeste del Naranjo de Bulnes.
Esta cima tiene una
altitud de 1.612 m., no es altura considerable, pero las vistas que desde aquí
se divisan son espectaculares, enfrente mismo el Picu Urriellu, Peña Castil, el
Neverón de Urriellu, el Macizo Oriental y el Occidental, con Torre Santa a lo
lejos.
El regreso lo hacemos
por el mismo recorrido que el de subida, pero el descender se nos hace más
costoso.
Esta ruta podemos
considerarla cómoda, sin dificultad ninguna, pero también debemos decir que es
dura el ascenso y más aún la bajada.
Como novedad en esta
ruta, nuestro amigo Babi, ha hecho uso de la tecnología y nos demostrado como
ha controlado totalmente la ruta, tanto los desniveles, tiempo, altura... todo
una maravilla.
Y como siempre venimos
haciendo, cuando estamos por estos lugares, terminamos en Tielve, donde el
queso y el chorizo casero.
He aprovechado la ruta
para estrenar mi nueva cámara la Nikon D850.