8 de abril de 2016

MUSEO GUGGENHEIM
























El 23 de marzo, hicimos en familia un viaje a Bilbao, a conocer el Museo Guggenheim, aprovechando un descanso de las procesiones de Semana Santa.

Un fantástico día con nuestros vecinos vascos, donde disfrutamos mucho visitando el maravilloso Museo y comiendo en el restaurante Bascook, un auténtico bacalao al pil-pil.


El Museo Guggenheim es obra del arquitecto estadounidense Frank Genry y representa un magnífico ejemplo de la arquitectura más vanguardista del siglo XX. Con 24.000 m2 de superficie, de los que 11.000 están destinados a espacio expositivo, el edificio representa un hito arquitectónico por su audaz configuración y su diseño innovador, conformando un seductor telón de fondo para el arte que en él se exhibe.

En conjunto, el diseño de Genhry crea una estructura escultónica y espectacular perfectamente integrada en la trama urbana de Bilbao y su entorno.

Una vez en Vestíbulo, que sirve de distribuidor, el visitante accede al Atrio, auténtico corazón del Museo y uno de los rasgos distintivos del diseño arquitectónico de Frank Genry. Se trata de un espacio diáfano de volúmenes curvos que conectan el interior y el exterior del edificio mediante grandes muros cortina de vidrio y un gran lucernario cenital. Los tres niveles del Museo se organizan entorno a este Atrio central y se conectan mediante pasarelas curvilíneas, ascensores de titanio y cristal, y torres de escaleras. El Atrio, que también funciona como espacio expositivo, sirve como eje que ordena las 20 galerías que alberga el Museo, algunas de aspecto más clásico y líneas ortogonales y otros de volumetrías más orgánicas e irregulares.

La construcción del Museo Guggenheim Bilbao tuvo lugar entre octubre de 1993 y octubre de 1997 y el emplazamiento elegido, en una curva de un antiguo muelle de uso portuario e industrial supuso la recuperación de la ría del Nervión para la ciudad y su reurbanización para la cultura y el ocio.

Debido a la complejidad matemáticas de las formas curvilíneas "proyectadas por Genry", éste decidió emplear un avanzado software inicialmente utilizado en la industria aeroespacial, CATIA, para trasladar fielmente su concepto a la estructura y facilitar su construcción.

Para la piel exterior del edificio, el arquitecto eligió el titanio tras descartar otras materiales y comprobar su comportamiento en unas muestras que había en el exterior de su propio estudio. El acabado de las cerca de 33.000 finísimas planchas de titanio consigue un efecto rugoso y orgánico, al que se suman los cambios de tonalidad del material según la atmósfera reinante. Los otros dos materiales empleados en el edificio, piedra caliza y vidrio, armonizan perfectamente, logrando un diseño arquitectónico de gran impacto visual, hoy día convertido en verdadero icono de la ciudad en todo el mundo.

Me ha impresionado ver el gran edificio y su entorno, tienen que estar nuestros vecinos, orgullosos de él, esperamos que nosotros con nuestro Centro Botín, lo estemos también.

De las obras y artistas, lo dejamos para otra ocasión.