El día 14 de mayo,
junto con mis amigos, Babi, Chuchi y Alejandro, nos fuimos de montaña, con el
objetivo de culminar la cumbre del Pico Valdecebollas.
Nos reencontramos de
nuevo con la montaña y con esta cima, que desde el 1 de diciembre del 2018, no habíamos
vuelto.
Aprovechando el
levantamiento de las restricciones de movilidad de Comunidades, elegimos en
esta ocasión, la Comunidad de Castilla y León.
El Valdecebollas es una
montaña situada, concretamente en Brasoñera, a poco tiempo de Santander.
Salimos de la ciudad,
sobre las 9 de la mañana, y en menos de 1 h. y media, ya estábamos en Golobart,
donde íbamos a iniciar la ruta.
Cuando llegamos a este
lugar, el día era prometedor, totalmente despejado, pero en unos pocos minutos,
entro una niebla, que cubrió todo la zona y nos produjo incertidumbre en cuanto
al tiempo.
Introducidos en la
niebla, empezamos a subir hasta el
collado, los últimos metros son bastante empinado, donde hicimos la primera
parada y comprobamos que la niebla iba desapareciendo, viendo ya los primeros
claros, como también la cumbre de Valdecebollas.
Desde este collado a la
cima, quedaba muy poco, pronto llegamos con la satisfacción de haber conseguido
nuestro objetivo y contemplar todas las panorámicas que se divisa desde arriba.
Lo que sorprende de
esta cumbre, son las torres de piedras levantadas por los montañeros, que hace
un lugar distinto a otras cimas.
Estamos poco tiempo, lo
que nos lleva hacer las fotos de recuerdo y reponer fuerzas para el descenso.
El cual lo hacemos por el mismo sitio que el de subida.
Debo reconocer que me
he equivocado, por no llevar el objetivo largo, todo por evitar el peso en la
mochila, para otra ocasión, intentaré llevarle.
Pronto estamos de nuevo
en el refugio de Golobar.
Antes de llegar a
Santander, paramos en Espinilla, en el restaurante La Herradura.
Para referirnos al Pico
Valdecebollas, debemos decir que tiene una altitud de 2.144 metros, la
localidad más cercana es Brasoñera, de Palencia y esta montaña se sitúa en la
parte oriental del Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre de la
Montaña Palentina.
Es la montaña más alta
y conocida de la comarca de Brasoñera, su redondeada silueta se asemeja a un
gran volcán, dominando los valles que surgen en sus amplias laderas.
Los que vivimos en
Santander, debemos ir por la carretera hasta Reinosa y continuar hasta
Espinilla, para desviarnos a la izquierda a Sacedillo y sin llegar a Brasoñera,
hay que desviarse hasta Golobar (1.840 m.), donde finaliza la carretera.
Aquí, existe en ruina
total una refugio o bien más bien un parador, que en su día quisieron instalar,
pero no sabemos si por asuntos económicos o bien por qué no sería rentable,
quedo la iniciativa en abandono.
Desde este punto, se
inicia la ruta, ascendiendo por la ladera que discurre junto a un arroyo, hasta
llegar al Collado de Sestil. Desde este collado ya se puede divisar a lo lejos
los Picos de Europa y a la izquierda el vértice geodésico de Valdecebollas.
Desde aquí, existe la
alternativa de acercarse a las Cascadas de Valdecebollas, para presenciar en
época invernal, si las condiciones son las propicias, una cascada de hielo
espectacular, donde en ocasiones, se hace escalada de hielo.
Una vez en el collado,
a la izquierda se toma un sendero que recorre el cordal, hasta llegar al Alto
Canalejas (2.096 m.)
Antes de iniciar un
pequeño ascenso hasta la cima, podemos divisar Brañosera y el embalse de
Aguilar, de la meseta castellana.
Después ya quedaría
poco metros, hasta llegar a la cumbre, reconocible por el Torreón, torre de
piedra construida por los montañeros en su nombre.
Desde su cima se puede
divisar la sierra de Peña Labra y las enormes elevaciones del Parque Natural
Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, los picos Espiguete y Curavacas, el embalse
de Aguilar de Campoo e incluso los Picos de Europa, todo ellos a lo lejos.
La cumbre de
Valdecebollas, es una plataforma plana y grande, en cuyo centro se han erigido
varios hitos de piedra alrededor de uno mayor, el Torreón, en el cual se sitúa
el vértice geodésico.
También existe otros
cuatro enormes hitos de piedras que marcan casi exactamente los cuatro puntos
cardinales en cuya vertical se encuentra una cruz de acero inoxidable, una del
"excelso mirador de Valdecebollas", un buzón y varias placas más.
El descenso, es el
mismo recorrido que el de subida y en poco tiempo se llega de nuevo al refugio
Golobar.
Esta ruta de montaña de
dificultad media, es recomendable, a todos que quieran disfrutar de la
naturaleza y de sus paisajes, es un lugar muy interesante para visitar.
También aquellos
amantes de la fotografía les recomendaría, si pueden, subir con grandes
objetivos, pues los picos están muy distanciados.
Ha sido un bonito día,
en contacto con la naturaleza y el deporte de la montaña.
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