El día 22 de
octubre, visite Santillana del Mar, acompañando al grupo de Trajes de Época que
dirige Maria José Minguez.
Fue un día
especial, en homenaje a uno de los miembros de este grupo, celebrado en la
Colegiata.
Para la
Villa de Santillana del Mar, también lo fue, al verse retrocedido a muchos
años, con esos maravillosos trajes que le daba un ambiente de época.
Para mí,
también fue distinto, al haber podido contemplar la maravilla del Claustro de
la Colegiata, que tantas veces deseaba visitarle.
El claustro es de forma cuadrada y
se comunica con la nave del evangelio a través de una portada románica. Se
anexionó a finales de siglo XXII, una vez acabado el templo. Se advierte la
ausencia de las restantes dependencias monásticas: refectorio, cocinas,
dormitorio, almacenes...
La sala capitular se encuentra
junto al atrio. Ello es debido a que la nueva orden de canónigos no exige una
vida comunitaria en clausura, por lo que pueden residir fuera del conjunto
religioso y no precisan el resto de estancias.
Su importancia radica en la
iconografía de sus capiteles, que constituyen una síntesis de los principales
motivos decorativos, figurados, geométricos y vegetales del románico a lo largo
de su evolución histórica y temática.
La parte meridional, adosada al
templo, es la más antigua y muestra temas bíblicos como el Pantocrátor y
Tetramorfos, apóstoles, Daniel en el foso de los leones, el sueño de
Nabucodonosor, Sansón desquijando al león, la degollación de San Juan, el milagro
de los panes y los peces y el Descendimiento, junto con otros temas profanos
como la despedida del caballero o los relativos a la lucha entre el Bien y el
Mal, representados por el guerrero cristiano que mata el dragón (copia de un
relieve asirio del s. VI a. De C.), o el pastor ahuyentando a los lobos.
Destaca el capitel del caballero enfrentado a un gran dragón, similar al
realizado por Pedro Quintana en la cercana iglesia de Yermo (1203), lo que ha
hecho suponer la relación cronológica y de autoría de nuestro claustro.
En la crujía oeste se tallan temas
alegóricos al Purgatorio, con animales fantásticos entrelazados (en la
tradición del claustro de Silos) y otros exclusivos de lacería (tradición
normanda o árabe). Destaca el capitel relativo al Cielo y el Infierno, en donde
San Miguel pesa las almas, representadas por cabecitas y alancea al demonio,
que intenta inclinar la balanza a su favor.
El resto de capiteles de esta
galería y los de la crujía norte son vegetales, de influencia cisterciense
(derivados de Aguilar y San Andrés de Arroyo), realizados ya en el s. XII.
La galería oriental se levanta en
el siglo XVI y se divide en capillas funerarias de las familias nobles de la
villa, al igual que la abierta en el ángulo suroeste del claustro, que ostenta
los escudos de la familia Polanco.
A lo largo de las galerías se
observan sepulcros románicos y góticos extraídos del patio del claustro,
correspondientes a abades, canónigos y nobles, identificables por sus escudos e
inscripciones. También aparecen canecillos románicos que pertenecieron al alero
de los tejados cuando se realizó la reforma de la fachada principal en el siglo
XVII.
La colegiata de Santillana de Mar
con su claustro fue declarada Monumento Nacional en 1889.
Los componentes del grupo, recorrieron las calles típicas de la Villa, visitando también el museo de Jesús Otero y la magnífica casa del Marqués (hoy Hotel).