Con esta publicación, quiero recordar y
homenajear a tres grandes montañeros, Fernando, Daniel y Rubén, que han dejado
sus vidas en los Picos de Europa, tras un trágico accidente.
El 26 de abril, se dió la noticia de la desapareción de los tres montañeros zamoranos, en el entorno del Espolón de El Jiso, en
Picos de Europa.
Una unidad del Grupo de Rescate e
Intervención de Montaña de la Guardia Civil (Greim), había localizado sin vida
a los tres montañeros.
La localización de los tres cadáveres se
produjo el día 24, a las 18,00 h. en la zona media de la pared vertical, en un
paraje conocido como Los Costillares. Al parecer el accidente se produjo a 150
metros de la cima y cayeron otros tantos. Aunque todavía no se había confirmado
ese extremo, la Guardia Civil piensa que el fallecimiento se pudo producir
debido a un fallo en las cuerdas que utilizaban para realizar el ascenso a la
cima de 2.173 m. de altitud.
A partir de ese momento, cuando el Greim
logró alcanzar visualmente a los escaladores, comenzó el operativo para
recuperar los cadáveres, pero les fue imposible debido a las condiciones
meteorológicas y a la falta de luz por la llegada de la noche. Así que
alrededor de las 19,00 horas tomaron la decisión de suspender las labores de rescate.
Fue precisamente la espesa niebla que había
en el momento en que fueron localizados los tres montañeros les impidió que el helicóptero
trasladado hasta el lugar, se acercara hasta el punto exacto en el que se
encontraban.
De hecho, el aparato voló hasta un lugar
muy próximo, el entorno de La Cueva del Espolón del Jiso, pero finalmente y
para evitar riesgos decidieron movilizarlo en los prados de Aliva. Solo se
podía acceder escalando, tal y como confirmaron los intervinientes.
A pesar de que era imposible por las
dificultades del terreno portar a los fallecidos a pie hasta una zona segura,
los seis agentes del Greim, continuaron el camino con la intención de llegar
hasta el punto exacto en el que se encontraban los cuerpos de Fernando
Casquero, Daniel Camarzana y Rubén González.
Si las condiciones meteorológicas lo
permitiese -la zona se encontraba en alerta amarilla por riesgos de nevadas-
los trabajos de rescate se reanudarían a primera hora del día 26.
Tenían conocimientos mucho más que de
sobra para poder meterse en las vías que pretendían hacer. Más que suficientes,
especialmente, Fernando que contaba con experiencia contrastada. Los otros dos
jóvenes, también estaban capacitados.
El Espolón de El Jiso, es una de las
paredes verticales más clásicas del Macizo Oriental de los Picos de Europa,
presenta puntos concretos de gran dificultad, especialmente para personas que
no han realizado antes la ascensión. Dada el conocimiento de la montaña de los
tres fallecidos, consideran difícil que el suceso que acabó con la vida de los tres
montañeros se debiera a una imprudencia.
Se supone que en un momento de la
escalada, uno de los componentes del grupo cayera al vacio arrastrando a sus
dos compañeros, sin que los anclajes del punto de reunión aguantarán el peso.
Es decir, que se produjo lo que en el argot de la montaña se conoce como
"efecto cremallera". Al fallar uno de los puntos de apoyo, el
siguiente no fue capaz de aguantar anclado al verse sometido de forma
imprevista a una gran fuerza y también se desprendió. Y así sucesivamente.
El día 27, el DM publicaba que el
temporal había frustrado el rescate.
Nieve, viento y niebla se conjuraron en
el día 26, una jornada más invernal de los últimos dos meses para ponérselo
imposible al equipo que intentaba rescatar los cuerpos de los tres montañeros
zamoranos.
Dos veces intentó el helicóptero
aproximarse, sin éxito, al lugar donde fueron localizados los cadáveres desde
el aire.
Por tierra, 24 miembros del Greim de la
Guardia Civil subieron a pie hasta el lugar donde estaban los cuerpos y los
prepararon para cuando sería posible el traslado
Los agentes de la Guardia Civil, tenían la idea clara, esperar a que apareciera un claro en el Espolón de El Jiso para
llegar con las aeronaves y, a partir de ahí, trasladar los cadáveres hasta
Santander. Porque con los doce hombres del Greim era impensable intentar
bajarles a pie. Por eso se incorporaron otros doce más. En total 24 efectivos
preparados para actuar en caso de que la nieve, la niebla y el viento no dieran
tregua.
Ya había dos alternativas. La inicial de
levantar el vuelo con el helicóptero y otra mucho más arriesgada de tirar
cuerdas a través de los 1.100 metros que separan la zona de Los Costillares,
donde están los tres deportistas fallecidos, hasta el punto de Aliva al que
pueden llegar los todoterreno de la Guardia Civil.
El día 28, se dió la buena noticia de la
recuperación de los tres cadáveres.
Ascendían juntos, fallecieron juntos y
el día 27, fueron rescatados juntos. Poco antes de las nueve de la mañana, los
efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) y
especialistas de helicópteros de la Guardia Civil pusieron fin a las 72 horas
de rescate.
El miércoles la intensa niebla, la nieve
y el viento impidieron volar a las dos aeronaves. Descartada la opción de
portear los cuerpos de los tres montañeros a pie, la vía aérea era la única
posible.
Y así fue como finalmente, gracias a una
"ventana" de buen tiempo que se abrió en las cimas del macizo
Oriental, pudieron realizar la operación de rescate.
La zona donde se movieron era
técnicamente muy complicada y por eso el helicóptero no podía tomar tierra allá
arriba. Uno a uno, el socorrista del Greim se encargó de anclar los cuerpos al
entramado de cuerdas instalado para la ocasión, y el helicóptero los portaba
hasta la zona segura de los puertos de Aliva, donde los tres volvieron a estar
juntos antes de bajar por última vez de la montaña.
La evacuación había sido muy rápida. A
las ocho de la mañana ya estaban en marcha y en poco más de 40 minutos lo
habían hecho. Rápida, pero muy
complicada, por la altura a la que se movía y también por la meteorología, sin
que se diera cuenta, se iba metiendo la nube, les dejaba trabajar un momento y
al siguiente no. La nube iba entrando y saliendo constantemente. No podrían
meterse en ella porque estaban muy cerca de la pared de piedra y eso era un
riesgo enorme.
De hecho, algo así fue lo que ocurrió.
Por eso precisaban que había sido una de las operaciones más complicadas de
cuantas habían realizado el Greim en los últimos tiempos.
Después de unas aproximaciones fallidas,
llego la definitiva. El equipo intentó acercarse sin éxito por el camino más
corto y después hizo otra intentona por la vertiente asturiana. Al final
decidieron probar por la zona cántabra y ahí sí que llegaron a la zona donde ya
esperaba el equipo de montañeros de la Guardia Civil que a las 6,00 horas había
salido de Espinama -primero en todoterreno y después a pie- para volver a
reunirse con los montañeros fallecidos
Pasadas las 9,10 horas, los cuerpos ya
estaban en el helicóptero de Tama a la espera de la llegada de los vehículos
fúnebres para emprender camino hacia Santander.
Ahora quedan, las labores de
investigación que comenzarán en los próximos días. Aun así, con el
reconocimiento visual que los expertos del Greim realizaron de la zona, ya
tienen más que perfilada la hipótesis sobre lo que pudo suceder para que se
produjera el falta accidente.
Estaban finalizando la escalada, en la
última parte, la más sencilla técnicamente de la pared vertical del Espolón del
Jiso, donde se encuentran los bloques más inestables. Lo más probable es que
alguno de los bloques se desprendiera a su paso. Más que el anclaje -como se
creía en un primer momento- lo que pudo fallar fue "la propia piedra en la
que se había colocado la reunión" el punto de apoyo en los últimos 50
metros de cuerda que habían ascendido. El bloque se desligó y los tres se precipitaron junto a la roca.
La "mala calidad" de la caliza
de esta zona escarpada con un suelo "muy descompuesto" fue lo que
pudo causar la muerta a los alpinistas de 46, 21 y 19 años que contaban con
gran experiencia.
"La montaña los llamó y la montaña
se los llevó" palabras de uno de los padres fallecidos.