El ir al
cementerio de Ciriego, se da por circunstancias no deseadas, pero también se
puede visitar como amante del arte.
Mi visita
del día 27 de marzo, fue para conseguir un reportaje fotográfico de esas obras
de arte, que contiene el interior del cementerio.
El
camposanto santanderino es uno de los mejores monumentos arquitectónico
funerario, con maravillosas esculturas.
Ciriego es
una necrópolis con gran riqueza patrimonial. La diversidad de panteones
sepulturas y monumentos son ejemplo de la riqueza de la producción funeraria en
el país, ejecutadas por profesionales con experiencias en construcciones
funerarias y modelos iconográficos.
El
Cementerio Municipal de Ciriego fue proyectado por el arquitecto municipal
Casimiro Pérez de la Riva en 1881 e inaugurado tras distintos avatares, el 3 de
septiembre de 1893, tras la supervisión del nuevo arquitecto municipal Joaquin
Ruiz Serra.
La
necrópolis presenta planta de cruz en su parte central, organizado el espacio
funerario con un entramado de calles y entrecalles que forman diversas
manzanas, en cuyo interior se delimita el terreno de cada propietario.
En el
cementerio trabajaron los arquitectos, maestros de obras y marmolistas más
afamados de la región tales como Valentín Ramón Casalís, Emilio de la
Torriente, Miguel Doncel, Manuel Casuso Hoyo, Alfredo de la Escalera, o Javier
González de Riancho.
Se creó un
conjunto que De la Riva consideraba: "un precioso museo de monumentos
históricos y artísticos".
El conjunto,
en Ciriego, existen una serie de mausoleos y panteones pertenecientes a
familias santanderinas de magnifica factura y algunos diseñados por arquitectos
de prestigio. La mayoría presentan un estado de conservación satisfactorio,
aunque algunos están prácticamente abandonados, estos pocos.
Algunos de
los panteones sobresaliente, son los de Arechavala, Cué, Cué Fernández,
Fernández Bravo, Pardo de Santayana, Hedilla, Garcia Quintanilla, González
Torre, Haro, Junco, Marín Garcia, Martinez de las Heras, Meana, Victimas del
Machichaco, Prieto Lavin...