Tras la visita a nuestro cementerio de Ciriego, en diciembre del 2017,
tenía previsto desde hace un tiempo visitar el camposanto de LA BALLENA en
Castro Urdiales.
Elegí el día 28 de noviembre, para acercarme a este cementerio que
tantos elogios mi habían llegado.
En el año 2016, se quedó a las puertas del primer premio en el último
momento, pero en la edición del año 2017, lograron el primer puesto de un
concurso que premia a los cementerio por su riqueza monumental.
Este concurso nacional de Cementerios de España 2017, fue organizado
por la revista Adiós Cultural y el de Castro quedó empatado a votos (636) con
el de Sumarcácer, por lo que repartieron el primer premio.
En la categoría de "Mejor monumento", premio que se había
llevado Castro en el año 2016, gracias al monumental panteón modernista de
"La Familia del Sel", ganaron a Alcantarilla, quedando segundo y
tercero, Bolvir y Monturque, respectivamente.
El cementerio de Castro Urdiales está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento desde
1994. Fue proyectado entre 1885 y 1888, y su tipología es de cementerio
marítimo. Situado en un enclave elevado sobre el mar, como una pequeña
península, dotado de las mejores condiciones territoriales para que estuviera
"bien ventilado" y no podría dañar "la salud pública" en
palabras de la época.
En la fecha de 1893, fue cuando se construyó tras una petición del
Ayuntamiento de Castro Urdiales, para que la localidad cumpliera con las normas
de higiene y que tuviera capacidad suficiente, pues el antiguo cementerio se había
quedado pequeño con los años.
Fue proyectado por Joaquin Rucoba y Octavio de Toledo y construido por
el arquitecto Alfredo de la Escalera.
Esta construcción formó parte del proceso de ensanche urbanístico local
del siglo XIX que fue proyectado por el arquitecto local, Eladio Laredo y
Carranza.
Se trata de un cementerio moderno, bien ordenado y limpio. Se encuentra
organizado en calles paralelas claramente jerarquizadas, de modo que las
familias de clase alta se ubicaran en las mejores zonas, con mejor ventilación,
perspectivas, condiciones de humedad y terreno.
Destacan también los numerosos panteones de las familias más adineradas
construidos a finales del siglo XIX y principios del XX de estilo neogótico y
modernista. En la construcciones de éstos panteones tomaron parte grandes
artistas de la época, como Eladio Laredo, Severino Achúcarro y Leonardo
Rucabado.
El cementerio de La Ballena, representa un modélico ejemplo de
actuación urbanizadora. Reúne un conjunto de monumentos funerarios de
excepcional calidad, en diferentes estilos como el neoclásico, eclecticismo,
neomedievalismo, modernismo, gótico, art decó...
Destacan panteones de familias acaudaladas locales y familias vizcaínas
que eligieron este lugar como última morada. De todos ellos, quizá el más llamativo es el de la familia
Del Sel, coronado por un ángel junto a un precioso obelisco.
Entre las paredes del cementerio descansan los restos de personajes
ilustres de la historia local, regional y nacional, como el arquitecto
regionalista Leonardo Rucabado y el gran músico y compositor Arturo Dúo Vital.
Hubo hasta 1979, otra tumba que pertenecía a Francisco de Bedoya,
último antifranquista de Cantabria de los que se "echaron al monte"
al acabar la Guerra Civil. En el año 1957, ante las numerosas reclamaciones de
la familia, fue trasladado a Santander. Es de resaltar que mientras estuvo
enterrado en Castro siempre tuvo flores naturales en su tumba.
Existe otro sencillo panteón a los castreños muertos en tierras
americanas que allí fueron en busca de mejor fortuna o aventura, que reza
"Por los castreños que en tierras americanas expiraron con el alma puesta
en Castro de sus amores, os pido con fervor una plegaria para que Dios les
conceda un eterno descanso. José Ibarra Hornoa les dedica este recuerdo. Mayo
de 1951.
Sorprendente visita a este cementerio, me ha impresionado mucho, tanto
por sus obras artísticas, por su limpieza y orden urbanístico, tengo que
reconocer que posee un gran valor histórico.
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