El primer
domingo del año, es cita obligada acudir
a la fiesta de la Vijanera, en Silió.
Este año
2015, me acerqué acompañado de mi hijo Diego, que acudía por primera vez a ella
y de mi buen amigo, Felipe, como venimos haciendo durante muchos años.
Esta
Fiesta es de Interés Turístico Nacional y socio elegido de la más importante
Red Ibérica de las Máscaras, precursora de la declaración de estos ritos como
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Es el día
perfecto para iniciar el año y conocer de cerca una de las fiestas más antiguas
de Cantabria, que se enmarca en la recuperación de ritos ancestrales, basados
en el tránsito entre el año viejo y el nuevo, la fuerza de la Naturaleza y el
respecto por el entorno.
"Un ritual
en el que se entremezclan creencias y costumbres que se han ido sedimentando a
lo largo de miles de años", así lo explicaba César Rodriguez, uno de los responsables de
la Asociación Cultural de Amigos de la Vijanera, organizadora de la fiesta.
Es una
fiesta que ha pervivido a lo largo de los siglos, diferenciada del resto de
mascaradas por la variedad de personajes, de simbolismos que entraña cada traje
y cada máscara, a cual más llamativos.
La fiesta
da comienzo a la madrugada donde se empieza a oír el sonido de los campanos por
todo el pueblo y la primera procesión, ésta más íntima, la de vijaneros
acercándose a la sede de la asociación a cumplimentar sus vestimentas.
Al mediodía
sobre las 12 h., comenzaron a lanzarse los cohetes y como si se tratarse de una
estampida los integrantes de la comitiva que parten de las antiguas escuelas se
abrieron camino entre la multitud de miles de personas que se encontraban cerca
de la Iglesia.
Al mismo
tiempo parten la otra comitiva y el rito de cazar al Oso que desciende desde
Santa Marina. La bestia se resistió, pero nada pudo hacer ante la acometida de
los zarramacos, ahuyentado males con campanos y capirotes.
Se unen
ante los santos San Facundo y San Primitivo, para dirigirse hacia la Raya, el
límite con el barrio de Santián. Un maestro de ceremonias, especial, el
Danzarín negro, el Zorromoco, hizo la esperada pregunta "¿Qué queréis,
guerra o paz?" dirigiéndose a unos invisibles enemigos, recreación de
tiempos en los que las vijaneras se enfrentaban en las fronteras de cada
pueblo.
Ya para
terminar, se inician las secretas coplas, sátira ácida de los acontecimientos
que cerraron el 2014. Sin descanso, los gritos de la parturienta alertaron de
un nuevo acto, el parto de la Preñá.
Por último
la procesión hacia la plaza de la Reguera, donde se cerró el periplo con la
muerte del Oso.
Este año
el pueblo de Silió descifró este domingo entre miles de personas el ADN de las
mascaradas con la mayor expectativa previa y sorprendiendo a propios y extraños
con la Vijanera más numerosa, espectacular y atractiva de su historia.
Todos
entusiasmados con el ritual cántabro más internacional, sumisos ante una fiesta
ancestral que enfrenta cada primer domingo del año a las fuerzas del Bien y del
Mal en cada esquina, en cada calle del pueblo que se rinde al culto por las
tradiciones, incrustadas en su código genético.
Ha sido
una de las ediciones más especiales, por muchas razones, más participantes, más
trajes y más máscaras.
Pero
también el encuentro entre viejos y jóvenes vijaneros, retados unos y otros
para beneficio de la Vijanera en comedias y coplas a cual más sorprendentes.
Como
siempre es de destacar los movimientos de los zarramacos (los guerreros del
Bien) custodiando al Oso (engendro del Mal), la espectacularidad de los trajes
naturales, nuevos muchos, recuperados otros de ediciones más antiguas y
renovados la mayoría.
La
participación de muchos niños, que da la continuidad de ese ADN propio de
Silió, heredando trajes y personajes, generación tras generación.
Por mi
experiencia de tantos años que voy acudiendo, recomendaría a aquellos que aún
no han asistido, termine por conocerla. Es una fiesta autentica, para
disfrutarla y participar en ella.
Para
nosotros los aficionados a la fotografía, también recomendaría varios puntos a
tener en cuenta: Primero: Subir hasta Santa Marina, donde los personajes se están
vistiendo y es el momento de realizar las primeras fotos. Segundo: En el
recorrido de la comitiva, se debe respetar y no entorpecer los movimientos de
los participantes, pero lo más importante es no pararse junto al grupo, sino
salirse rápidamente después de hacer la foto.
Personalmente
ha sido un bonito día, he disfrutado de una mañana agradable, he corrido muchísimo,
como si fuese un maratón durante el recorrido y finalmente he conseguido hacer
fotos espectaculares.
Por último, mi felicitación a la Asociación Cultural de Amigos de la Vijanera, por el éxito que han tenido en la organización y participación de este año.
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