Este
martes 18, nos fuimos de excursión fotográfica o más bien viaje organizado para
hacer fotos sin contratar a ningún profesional, solamente con nuestros
conocimientos básicos, que son ya suficientes para conseguir buenas imágenes.
Nuestro
grupo, Nacho (Director en ruta), Manolo y Felipe. Salimos de Santander en un
día malísimo, con muchas nubes obscuras para llegar a Reinosa con las mismas características,
nubosidad e incluso lluvia.
Durante
el recorrido intercambiamos opiniones para concretar qué lugar tendríamos como destino.
Tras
pasar Reinosa y camino a Aguilar, pudimos ver que la zona de la Montaña
Palentina se encontraba despejada, con sol y que posiblemente seria el lugar
adecuado para nuestros fines fotográficos.
A
medida que nos acercábamos a Cervera de Pisuerga y en ruta a Fuentes Carrionas,
veíamos buenas panorámicas de las Montañas Palentinas, con el Curavacas y el
Espiquete despejados.
En
carretera tuvimos que hacer una parada imprevista al ver en el pueblo de
Matamorisca, unas cigüeñas en sus nidos.
Estas
fueron nuestras primeras fotos, pero con las dificultades que ofrecen estas
aves, que no dejan acercarse y a lo más mínimo cogen vuelo.
Paramos
en el parador de Cervera, que se encuentra cerrado. Aquí ya empezamos a divisar
el impresionante Espiguete, por la cara
Sur.
Otra
parada fue en el pueblo de Triollo, cerca de el macizo del Curavacas, para
hacer las fotos de esta cumbre que se encuentra bien cubierto de nieve, dando
una imagen espectacular.
El
Pico Curavacas, con su 2.520 m., se encuentra en el macizo de Fuentes
Carrionas, considerado el más alto de la Montaña Palentina, en las
estribaciones de la Cordillera Cantábrica y, es, junto con el Espiguete, su
cima más característica.
Se
encuentra situado junto a la localidad de Vidrieros, en el termino municipal de
Triollo, dentro del Parques Natural de las Fuentes Carrionas y Fuente
Cobre-Montaña Palentina.
Es
un macizo compuesto por un conglomerado de materiales, una roca oscuras a la
que se adhieren líquenes que le otorgan su característico color verdinegro.
Está
compuesto por tres cumbres: la Este (la de mayor altitud), el Pico Medio y la
Oeste. Su vertiente sur -la más sencilla para la ascensión- se prolonga desde
el pueblo de Vidrieros, hasta el inicio del extenso Valle de Pineda, en la
vertiente norte.
El
río Carrión bordea la mole del Curavacas desde su nacimiento hasta Vidrieros,
donde recibe las aguas del arroyo Valdenievas. Al pie de su cara Norte y de los
picos que siguen el cordal de las mismas características geológicas hacia el
Este (Curruquilla, Postil de Soña y Hoya Continua) se encuentran el Pozo
Curavacas y los Pozos del Ves, lagunas de origen glacial que, junto con la
laguna de Fuentes Carrionas, más al Noroeste, alimentan el curso inicial del
Carrión; lagunas situadas en un entorno de gran belleza.
Dentro
de la Montaña Palentina, los picos que presentan mayores dificultades y, por
tanto, más atractivos para los montañeros son el Espiguete y el Curavacas. La
cara nordeste de este último es una de las paredes más complicada de la
Cordillera Cantábrica.
Seguimos
ruta hasta llegar unos kilómetros antes
del pueblo de Cardaño de Abajo, donde nos obliga a parar y hacer unas cuantas
fotos del Espiguete. Montaña que se encuentra también bien cubierta de nieve y
con una vista tan espectacular como el Curavacas.
El
Espiguete con sus 2.450 m. es uno los picos más bellos de la Montaña Palentina
e incluso de la Cordillera Cantábrica.
Se
trata de una enorme mole de piedra caliza de forma piramidal, visible desde
gran distancia, al encontrarse aislado de cualquier otro pico. La cara sur es
de suaves relieves y la norte de escabrosas paredes verticales. Durante gran
parte del año se encuentra cubierto de nieve lo que le otorga un gran valor
estético.
Esta
majestuosa pared que parece emerger de las aguas del pantano de Camporredondo,
tiene en su base el pueblecito de Cardaño de Abajo.
Sus
límites están establecidos por accidentes morfo-estructurales; hacia el Norte,
el frente de cabalgamiento que dirige las aguas del Arroyo Mazobres; al Este,
el completo sinclionorio que hunde sus raíces en el arroyo de las Lomas; por el
Oeste, se dibuja contra las vertientes metamórficas de los Caladillos y el
Carrascal; y hacia el Sur, su margen lo coforman los prolongados lomos de
pizarras y areniscas de la Formación Cervera. A pesar de su apariencia, el
Espiguete es hueco en su interior, donde existen enormes cañones con ríos y
lagos subterráneos, cimas de gran profundidad y cuevas que lo convierten en su
auténtico tesoro para los espeleólogos.
El
Espiguete tiene numerosas vías de ascensión por todas sus vertientes. La más
habitual discurre por su cara sur, y se conoce como vía de la Pedrera. Su
ascensión comienza en el pueblo de Cardaño de Abajo, a poco más de 1.300 m. a
través del camino de la Binesa. Tras abandonar el camino, se atraviesa por
terreno virgen de matorral bajo para ir acercándose hacia la cara sur. Por el
centro del gran corredor sur, se consigue ganar altura por la pedrera para
llegar a la arista cimera, desde la cual y hacia la izquierda se llega a la
cumbre.
En
verano esta vía es una pedrera larga y las pendientes más fuerte se alcanza al
final antes de llegar a la arista. En invierno con la nieve se suele utilizar
los crampones y piolet y más aún en la arista donde se suele formar placas de
hielo con más facilidad.
Otra
via seria por la arista, partiendo desde un parking que existe antes de llegar
al pueblecito de Cardaño de Arriba. Al principio hay que ascender entre brezos
y matorrales, hasta salir a la parte aérea ya rocosa, que se encuentra bien
marcada mediante "hitos" y hacer algunas que otras trepadas, éstas,
sin dificultad.
Por
esta arista, nos damos cuenta de las impresionantes vistas y las caídas increíbles
que existen, no dejando en ningún momento de estar en tensión, a pesar de la
belleza del lugar.
Al
final una cresta cómoda nos situará en la cima principal del macizo.
Otra
cumbre importante que figura en mi lista. Fue el 11 de junio del 2.011, cuando
llegué a la cima junto con mis amigos Babi, Alejandro y Chuchi Cuartas.
Terminada
la sesión fotográfica, partimos hacia Aguilar de Campo para comer y elegimos el
mismo restaurante de otras veces.
Por
la tarde camino a Santander, lo hicimos por la carretera comarcal de
Mataporquera hacia el valle de Valdolea, para pasar por Reinosilla, donde
existen bastantes nidos de cigüeñas.
Ha
sido un día espléndido, con bonitas panorámicas, en una ruta muy bonita.
Personalmente
he vuelto a recordar mis visitas por estos lugares y divisar estas "míticas"
montañas como son el Espiguete y el Curavacas.
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