El día 27
por la noche se celebró la procesión de la Santa Misericordia, a pesar que
minutos antes de la salida hizo presencia la lluvia.
La Cofradía
del Santo Entierro no tenía del todo claro si iba a poder sacar al Cristo, al
final, decidieron hacerlo protegiendo la imagen con "plástico" y sin
procesión alguna.
Primero
subieron hasta la Catedral los cofrades y más tarde, el Cristo a hombros los costaleros, todos a ritmo rápido.
Ya todos
reunidos en el claustro catedralicio se inició la procesión de la Santa
Misericordia.
Tras dar una
vuelta completa por el claustro se detuvieron frente al coro, fue entonces
cuando uno de los sacerdotes leyó ante el paso un manifiesto religioso y, acto
seguido, empezaría el momento más emotivo de la noche, el canto del Miserere.
En cuanto
sonaron las primeras melodías ya se intuía cómo muchos se estremecían. De hecho
a más de uno se le llenaron los ojos de lágrimas.
Luego el
paso vuelve a ponerse en marcha repitiendo la vuelta, dos veces más con el
mismo modus operandi: procesión, lectura del manifiesto y canto del Miserere.
Al finalizar
entraron a la capilla de la Catedral junto al Cristo de la Misericordia y el
resto de devotos.
En el
interior, todos los presentes se acercaron hasta el paso para besar la cruz y
profesar sus rezos.
Terminado
los actos religiosos en la Catedral, regresaron en procesión hasta la Carpa de
la Plaza Porticada, con suerte porque había
cesado de llover.
Para mí
personalmente, esta es la más bonita de las procesiones de la Semana Santa
santanderina, donde existe un acto emotivo y la procesión por el interior del
claustro bajo un silencio que se rompe con el canto del "Miserere"
Debo
destacar la vistosidad de los cofrades desfilando en silencio y con la luz de
la llama de sus antorchas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario