El día 25,
visite de nuevo el Parque de Cabárceno, para continuar con la
"berrea".
Es de todo
conocido que la berrea del ciervo, es uno de los mayores espectáculos de la
naturaleza en Cantabria, después de pasar el verano donde los animales renueva
la cornamenta, llega septiembre cuando comienza el cortejo en busca de "su
hembra", hasta mediados de octubre.
Los bramidos
del ciervo resuenan en la Cordillera Cantábrica, pero también en el Parque de la
Naturaleza de Cabárceno.
Ahora nos
encontramos con la época de la berrea, el periodo de celo del ciervo y el
cortejo a la hembra, momentos para
disfrutar de este espectáculo único y que se da solamente en unos días del año.
En Cabárceno,
en el recinto de fauna ibérica, podemos contemplar a los ciervos bien sea a
primeras horas del día, nada más abrir el Parque o bien ya al atardecer en
horas nocturnas.
El sonido de
los berridos de los ciervos combinados con el choque de sus cornamentas,
componen uno de los musicales orquestados más espectaculares de la naturaleza.
Este día, ya
he podido contemplar algún que otro berrido y tener localizado a tres machos,
cuestión de suerte.
Si algo
puede tener Cabárceno, es la oportunidad, de verles cerca y escuchar el sonido
del berrido, sin bajarse del coche.
Si el día le
he tenido ocupado, con la fauna ibérica, solamente me quedaba por visitar un
par de recintos, uno de ellos, era los papiones.
Son monos muy familiares que no escatiman
demostraciones de mutuo efecto. Una costumbre muy social en la especie es
acicalarse y despojarse unos a otros. Las madres espulgan a las crías, los
hijos a los padres, los hermanos entre ellos y cada uno a sí mismo en las
partes de su cuerpo a las que llega.
Parecen cariñosos, pero pueden mostrarse muy
agresivos si se sienten atacados. A veces también se enfadan y se pelean entre
ellos y los más pequeños gritan y corren a refugiarse en los brazos de sus
madres.
Aunque las crías se espabilan enseguida y se
mueven por su cuenta, vuelven a menudo al regazo de las hembras para mamar,
para protegerse, para descansar o para que les mimen.
Los babuinos de Guinea, más de unos veinte,
ocupan en Cabárceno un recinto con gran desnivel circundado por las carreteras
interiores del Parque.
En el interior del recinto amurallado, con
valles, montañas y mesetas en miniatura, con rocas y arboles en los que pueden
cobijarse los monos, aunque tienen su cobertizo particular para guarecerse de
las inclemencias.
Son muy agiles y veloces, y ascienden con
mucha rapidez lugares verticales.
Se desplazan a veces tranquilos en fila
indica, liderados por una hembra o un macho dominantes, con las crías cargadas
a la espalda o agarradas al vientre de sus madres.
Con su rostro oscuro, su morro largo y sus
ojillos castaños, aparentan tener cara de pena.
(libro Cabárceno animales con historia de
Teresa Cobo)
Lo que si he
podido coger una bolsa de castañas, al existir pocas caídas y a pesar de que
los castaños están muy cubiertos, pero aún no está madura la fruta, esperemos
para adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario