Estas fotos que
realice hace años, son de una manti religiosa y de la rana de San Antonio,
animalitos que hoy son difíciles de encontrar y más aún en lugares de aquí.
Desde
entonces, sigo buscando ambos animales y no he vuelto haberlos.
Por
Cantabria no es fácil verles y encontrártelos es ya un suerte.
Fotografiar
a una manti religiosa es fácil, no se mueve e incluso con cuidado la puedes
posar en la palma de tu mano, ya no así la ranita, aunque también se queda
quieta mientras la haces las fotos.
Las mantis religiosas son insectos mantodeo de la familia Mantidae comúnmente llamado santateresa, silbata, mamboretá, campamocha, tatadiós
o simplemente mantis
Es un
insecto pequeño de unos 6 o 7 cm., con un tórax largo y unas antenas delgadas.
Tienen dos grandes ojos compuestos y tres ojos simples pequeños entre ellos. La
cabeza puede girar hasta 180ª.
Sus patas
delanteras que mantiene recogidas delante de la cabeza están provistas de
espinas para sujetar a sus presas.
Son animales
solitarios excepto en la época de reproducción, cuando el macho y hembra se
buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se
pelean y sólo uno se aparea. Las hembras son más grandes que los machos. En la
mayoría de ocasiones, durante o tras el apareamiento, la hembra se come al
macho.
Pueden ser
de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina
el medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se
trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca).
Alcanzan un
año de vida, durante el cual mudan seis veces antes de convertirse en adultos.
Para mudar se suspenden de una rama, se desprenden de la cubierta exterior o
exuvia y salen por la parte anterior de la ultima cutícula.
Este insecto
no es venenoso. Utiliza sus fuertes patas delanteras para atrapar a sus presas
y devorarlas vivas.
Caza al
acecho, permanece inmóvil con las patas delanteras juntas , a la espera de que
una presa se acerque. Cuando otro insecto se posa junta a ella, lo observa
girando la cabeza (las mantis tienen muy buena vista) y lanzándose al ataque de
inmediato.
Las presas
pueden ser devoradas en parte o en su totalidad y dejan únicamente como restos
del festín patas, alas, que la mantis deja caer al suelo. Para alimentarse, es
capaz de cazar ranas, lagartijas, pequeños ratones, polillas y colibries.
En la época
de apareamiento, la hembra segrega feromonas, con lo que atrae al macho y es el
único momento en el que machos y hembras se reúnen.
Durante este
periodo, las hembras se vuelven muy agresivas y en ocasiones acaban por comer a
su compañero durante o después del apareamiento, empezando por la cabeza y
evitando dañar las zonas del sistema nervioso encargadas de la reproducción.
Este
comportamiento está bastante mitificado ya que si bien se da con relativa
frecuencia, se practica en cautiverio y es muy raro en libertad. La cópula dura
unas dos horas.
En el apareamiento, en primer lugar, el macho rodea
a la hembra hasta saltar sobre su dorso y poner en contacto sus antenas con la
de la hembra. A continuación, el macho pone en contacto sus estructuras
genitales con las de la hembra y deposita el espermatóforo en el interior de
esta.
La puesta de
los huevos se realiza en otoño y los huevos eclosionan en primavera. Pone sus
huevos en montocitos espumosos, que adhiere a una ramita. La espuma se endurece
pronto y protege los huevos hasta que se abren. Cada saco puede albergar entre
doscientos y trescientos huevos pero sólo unos pocos sobreviven, ya que entre
ellos impera el canibalismo juvenil, perecen los que tardan en escapar de su
hermanos, disminuyendo la tasa de supervivencia.
La ranita de San Antonio (Hyla arbórea) es una pequeña rana
arborícola del genero Hyla de unos 4,5 a 5 cm. de longitud. Su piel debe estar
siempre húmeda y se alimenta de insectos. Es el representante por excelencia de
los hílidos en Europa, distribuyéndose por Europa central y África.
Dado que la
intensidad de su canto depende de la humedad ambiental, se la considera un
hirómetro biológico.
Son anfibios
de pequeño tamaño. Presenta un cuerpo ovalado, cabeza ancha y ojos grandes,
prominentes de iris dorado. Fácilmente reconocible por el intenso color verde
brillante, aunque dependiendo de su entorno, son capaces de cambiar su color
del verde hasta el pardo, el azul y hasta amarillo.
A veces se
puede encontrar con machas. Poseen unas líneas que van del marrón al negro
dibujadas a lo largo de los costados de forma irregular y extendidas en manchas
más marrones.
Sus
extremidades esbeltas y los dedos provistos de ventosas adaptadas a sus hábitos
trepadores, les permiten subir fácilmente por la vegetación y mantenerse sobre
las hojas más lustrosas.
El macho
presenta un gran saco vocal que infla bajo la mandíbula al realizar su llamada
y desarrolla durante el periodo nupcial pequeñas rugosidades en el primer dedo
de las extremedidas anteriores que le ayudarán a sujetarse a la hembra durante
el "amplexo".
Vive en
territorios con agua permanente, donde abunda la vegetación a los márgenes de
charcas, lagunas o ríos de corrientes lentas. Frecuenta preferiblemente
árboles, matorrales y otra vegetaciones densas que le permitan camuflarse y que
además estén próximas al gua.
Es de
actividad principalmente nocturna y crepuscular.
El periodo
reproductor de esta ranita comienza con la primavera, utilizando charcas o
riberas fluviales de aguas dulces y con abundante vegetación.
Los machos
atraen a las hembras con su potente canto, hinchando el saco vocal que llega a
adquirir un tamaño mayor que el de la cabeza.
Como en el
resto de especies de ranas, el apareamiento tiene lugar una vez el macho haya
conseguido atraer a una hembra con su llamada y durante la noche. La hembra
deposita paquetes con alrededor de mil huevos, los cuales son fecundados
externamente por el macho, realizando el denominado "amplexo axilar·
(de
Wikipedia - enciclopedia libre)
Seguiré
buscando tanto a la manti religiosa como a la ranita de San Antonio, para
volverlas a fotografiar.
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