En
estas fechas de confinamiento y movilidad restringida, no solo la hostelería se
encuentra paralizada, sino los aficionados a la fotografía, que estamos
limitados de lugares para fotografiar.
Aprovechando
estos días, me he encontrado con algunos paisajes de nubes y cielos para
fotografiar.
Si
existe algo espectacular que refleja una gama de colores y tonalidades
infinita, ese es el cielo.
No
hay dos cielos iguales, ni tampoco dos atardecer iguales, ni dos amaneceres,
pues las nubes no serán las mismas.
Los
espectáculos que ofrece el cielo son únicos e increíbles, para conseguir
fotografiarlos.
En
ocasiones en el cielo se forma nubes grises, densas, amenazantes e incluso son
negras y rojizas, que contrastan con el resto del paisaje.
No
hay que elegir ese azul intenso ni brillante, mejor es cuando los tonos son
obscuros anunciando e incluso tormenta.
Los
amaneceres son los preferidos por los fotógrafos, es una luz roja intensa que
va cambiando en segundos, pero con las dificultades de iluminación y sombras.
Para
mí, me quedo con los atardeceres, donde el cielo se convierte en todo un
espectáculo de colores y reflejos cuando nos encontramos en las playas.
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