El día 19 de mayo, me
fui con mis amigos Babi, Alejandro y Pepe Elvira, éste en sustitución de Chuchi
Cuartas, a una ruta prevista y desconocida por nosotros, la Vega de Ario.
Estuvimos preparando
esta ruta, por las complicaciones del acceso a los Lagos de Covadonga, dado que
la subida en carretera a este lugar, se encuentra cerrada al tráfico a partir
de las 7,30 h. de la mañana.
De no conseguir
llegar primero de esa hora fijada, nos obligaba a utilizar bien sea un taxis o
el servicio de autobuses que existe para llevar a los turistas hasta los Lagos
de Enol y de La Ercina.
Nuestra experiencia de
tantas excursiones, sabíamos como debíamos actuar y que mejor que madrugar
pronto y llegar al lago La Ercina, antes de las 7,30 h. Así fue, a las 7,15
empezamos andar con el amanecer.
Se trata de una ruta
fácil y como objetivo llegar hasta el refugio del Marqués de Villaviciosa , o
bien conocido como "Vega de Ario". Esta situado a 1.634 m. de altitud
asentado occidental, rodeado de picos emblemáticos como el Jultayu, Cuvicente o
un excelente mirador sobre el desfiladero del Cares y el Macizo Central.
Comenzamos a caminar
desde el aparcamiento del lago La Ercina (1.108 m.), atravesando la verde
pradera, dejando el lago a la derecha y poco a poco vamos subiendo junto a unos
peñascos.
En dirección a la
majada de la Veguina o de la Ercina. Este camino va subiendo a través de una
corta canal llamada la Cuenye y bordeando la Riega del Brazu.
En este recorrido
hago una parada obligada, para ligerar peso.
Continuando la
andadura, pasamos por unas llambrias que rompen el camino y terminamos en un
conjunto de cabañas que abren el pasar por la amplia Vega de Las Bobias, que
cuenta con una fuente, La Canaleta, que dudaríamos en beber.
Se trata de una
preciosa pradería con cabañas de pastores, los cuales siguen manteniendo la
tradición de subir el ganado una vez terminado el invierno.
Seguimos el camino,
marcado por piedras y a veces con señales pintadas en amarillo, dejando a la
izquierda la desviación que lleva a la majada de la Redondiella, llegando así
al Jou de Llaguiellu, que presenta un interesante humedal.
Traspasamos el
reguero y comenzamos a subir por un conjunto de revueltas que discurren por Las
Reblagas. Al llegar a lo alto, entramos en una zona más llana que se conoce por
las Campizas y de los Abedules (1.400).
En este recorrido, es
mi amigo Babi, quien también necesita ligerar peso.
Ahora el camino es
más pendiente por Las Abedules, hasta llegar al collado del Jito, que por fin,
conseguimos divisarle y poder llegar a él.
Ya en el collado,
divisamos unas vistas panorámicas espectaculares del Macizo Central de los
Picos de Europa, perfilado en lo bajo por el desfiladero del río Cares y con el
enfoque en la cercanía de las cumbres del Jultayu y Cuvicente y toda la serie
de cumbres que a la derecha se alinea en ascenso hasta la Peña Santa.
En el murallón del
Macizo, se destaca la cumbre más alta de los Picos de Europa, Torre Cerredo.
Aprovechamos para
admirar las siluetas imponentes del Macizo Central.
Desde aquí solo nos queda
10 minutos, en llegar al refugio. (1.634 m.). Este refugio se encuentra abierto
en temporada de verano, teniendo servicio de cocina y dispone de una fuente
cerca.
El regreso lo hacemos
por el mismo camino, pero el descenso es largo y duro, todo un rompe piernas,
por las piedras y pendientes tanto de subidas como de bajadas.
A las 2,15 h. de la
tarde, llegamos al vehículo, que se encontraba en el aparcamiento y observamos
las llegadas de autobuses con turistas que sube a disfrutar de los Lagos.
Pudimos llegar pronto
al Restaurante de Cortiguera, donde hicimos la comida.
Ha sido una ruta
nueva para mí, siempre le había oído hablar, pero nunca tuve la oportunidad de
hacerla.
De todo el recorrido,
me quedo con el final, en el collado, donde se puede divisar impresionantes
cumbres cercanas y es un lugar precioso para pernoctar en el refugio y llegar a
contemplar los amaneceres o atardeceres de cualquier día.
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