El 24 de noviembre, estuvimos en la ruta de las
Cervalizas, igual que el año pasado por estas fechas.
Conocíamos el lugar y sabíamos que tendríamos
alguna oportunidad de hacer alguna foto interesante.
Son esas fechas que no sabemos sí estamos en época
de "otoño" o principio de "invierno". Si hemos podido
comprobar que el otoño ha terminado, pues los árboles ya no tienen hojas y que
ha llegado el invierno, con las primeras nevadas.
Nos fuimos Felipe, Manolo, Nacho y yo, para
disfrutar del día, que fue malo en cuanto a la climatología, pero tampoco
podíamos elegir otro día mejor.
En todo el recorrido, tuvimos que ir con cuidado
dado a la humedad de las lluvias y la nieve, haciendo presencia el barro y el agua.
Pero esto no fue lo preocupante, sino los dos
accidentes que sufrieron Manolo y Felipe, con caídas aparatosas, pero sin
peligro.
Los dos sufrieron lesiones leves y con la suerte
de que las cámaras fotográficas no sufrieron ningún golpe, que era lo más
importante, ellos ya tendrán tiempo de recuperarse.
No fue necesario "evacuarles" ni
tampoco solicitar ayuda a Protección Civil.
La excursión consistió desde que salimos de
Santander, en acercarnos al pueblecito de Mazandrero, uno de los más altos de
Campoo.
Está situado a 1.100 metros de altitud, sobre un
alto donde se consiguen divisar buenas panorámicas, como La Joyanca y los picos
de la Sierra del Híjar y del Cordel.
Tuvimos que descender hasta la portilla metálica
donde comienza la senda de la ruta señalada como PR-S 83 Cervalizas.
Desde aquí, iniciamos andando el recorrido
paralelo al río Híjar y por el sendero que discurre en cortado bajo escarpados
de roca y cagigas centenarias. Pronto empezamos a observar los bosques frondosos
(hayedo, robledal, sorprendente fresneda, cercos de serbal y zonas húmedas de
abedul) y el serpentear del Híjar por el fondo del barranco.
Tras recorrer aproximadamente unos 2 km.
llegamos a una pequeña presa de aprovechamiento eléctrico, la Central de
Zamuñón, que rompe la línea natural del río. Continuamos por el sendero de más
arriba y que nos va alejando de la orilla del río.
A lo largo de la bajada al Híjar, por una zona
en la que se abre el barranco, el sendero gira totalmente de dirección oeste a
este y comenzamos un tramo corto pegado a la orilla, en la que el sendero es
muy cerrado entre avellanos, hayedos, robles, acebales, fresnos, servales y
abedules.
Llegamos al puente Dé, un enclave conocido y
emblemático en el Alto Híjar, una enorme piedra desprendida de los roquedales
de la margen izquierda formó un magnifico puente natural hace cientos de años.
El regreso lo hacemos por el mismo camino al
punto de partida.
Este enclave es un lugar privilegiado del Alto
Híjar, donde transita el oso pardo.
Paisaje deslumbrante de perfiles virginales y de
gran riqueza forestal y faunística.
Después de terminar la excursión, nos acercamos
al pueblo de Abiada, al restaurante La Cotera.
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