menhir de Canto Hito
Euplagia quadripunctaria
El dieciocho de agosto, me fui con tres grandes
amigos, Felipe, Manolo y Nacho, a una ruta turística por la Comunidad
Palentina, concretamente el Parque Natural de Covalagua.
Nuestra primera visita a este Parque, ya conocido
de otras veces en temporadas otoñales e invernales.
No esperábamos que la cascada tuviese agua, y así
fue, pero el objetivo era andar por el interior del bosque, a la busca de
cualquier insecto e invertebrado. Únicamente localizamos dos especies de
mariposas y una de ella, poca conocida (Euplagia
quadripunctaria).
Una suerte.
Después nos fuimos al Páramo de La Lora, para ver
el "Menhir" que deseaba enseñarnos Nacho.
Estuvimos un buen rato andando por este lugar tan
impresionante y mágico. Preocupados por si pudiéramos hundirnos al pisar la
tierra y nos introduciríamos en el fondo de alguna cueva. De ser así
viajaríamos en el túnel del tiempo como en la famosa serie de Tv.
En este lugar nos encontramos con otra sorprendente
mariposa.
No podía faltar la visita al Mirador, ¡Espectacular!
Aquí volvimos a localizar, emparejadas, una nueva especie de mariposas.
Este Espacio natural de Covalagua, se encuentra
dentro de la zona conocida como el Páramo de La Lora. El agua ha ido
disolviendo las calizas de este páramo, horadándolas y filtrándose hasta formar
un sistema de galerías y cauces subterráneos. Esta peculiar formación geológica
(llamada karst) origina dolinas o torcas (que son como "agujeros"
impresionantes cuevas, llenas de estalactitas como la Cueva de Los Franceses y
cascadas que surgen de la tierra como la
de Covalagua.
El manto vegetal es muy variado: en las
altillanuras del páramo conviven formaciones de tomillar-pradera, brezales y
algunos pintos. En el Valle de Covalagua predomina el bosque mezclado de
rebollo y quejigo, y en la umbría del mirador del Valcabado, con un microclima
más húmedo, se sitúa un hayedo.
Entre los habitantes del Espacio se cuentan
ciervos, zorros y jabalíes, así como el lobo que frecuentemente visita estos
parajes.
También otros pequeños mamíferos como la marta, el gato montés, la
gineta, la garduña, el conejo, la liebre.... Destaca la presencia de rapaces
como el águila real, el águila calzada, azor, gavian, halcón peregrino,
cernícalo común, aguilucho pálido, aguilucho cenizo, buitre leonado, alimoche, búho
real..
El hombre también ha dejado su huella en este
paisaje. Podemos ver el impresionante menhir megalítico de Canto Hito, de más
de 3 m. de altura. Y más modernos son los "casitos" de pastores y la
trampa para cazar lobos conocida como "Pozo de los lobos".
Esta impresionante cueva es uno de los mejores
ejemplos de cueva kárstica de la provincia, y una de las más espectaculares, en
la que se pueden admirar mantos calcáreos, formaciones estalagmíticas y
estalagtíticas, coladas, pozos, columnas... Está acondicionada para la visita
al público.
A la cultura pastoril le debemos estas dos
construcciones. El pozo de los lobos consiste en un pasillo hecho con muros de
piedra que se va estrechando hasta acabar en un pozo. En él caía el lobo, tras
acorralarle y conducirle por el pasillo, quedando a disposición de los
paisanos. Los casitos son pequeños muretes elaborados con piedras del páramo,
que servían al pastor para protegerse del viento.
En esta cueva nace el río Covalagua (también
conocido como Ivia). Esta corriente es el afloramiento del nivel freático
inferior que existe en el interior del Páramo de la Lora, que sale al exterior
en forma de pequeñas cascadas que discurren entre terrazas de toba, formadas
por la caliza que arrastra el río y material vegetal.
Es un mirador situado en uno de los escarpados
bordes del páramo. Desde allí se pueden contemplar espectaculares vistas del
valle cántabro de Valderredible y de los enclaves palentinos de Berzosilla,
Lastrilla y Cezura.
Cerca de este espacio existen otros grandes
atractivos de la provincia, como el arte románico, las ermitas rupestres
excavadas en la roca, el espacio natural de las Tuerces y el Parque Natural de
Fuentes Carrionas y Fuente Cobre - Montaña Palentina.
Después de las visitas a estos maravillosos
lugares, quedaba por acércanos a Villallano, a casa "Ticiano", para
comer un excelente menú. Este restaurante está incluido en la guía Michelin.
Por la tarde y ya de regreso a Santander, hicimos
unas paradas para conseguir algún paisaje de esta tierra de girasoles y trigo
ya recogido.
Ha sido esta una excursión muy completa que
recomendaría a cualquiera que admire y desee disfrutar de la naturaleza.
Y para degustar una buena gastronomía, el pueblo
de Villallano.
También nosotros hemos podido cumplir con nuestro
objetivo, consiguiendo cuatro especies distintas de mariposas y algún que otro
insecto.
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