Porcieda
Tudes
Tudes
Desde hace
tiempo, mi hermano Vicente, estaba preparando esta ruta, pero le faltaba quien
le podía acompañar.
Al final, fuimos con Manolo y Flori, estos también hermanos.
En un
principio no conocíamos donde iniciaríamos la ruta, pero si sabíamos que había
que dejar el vehículo en las últimas casas de Potes, carretera a San Glorio.
Primero
cogimos el camino que está marcado para Porcieda y tras andar un buen rato, nos
dimos cuenta de que estábamos equivocados. Lo que queríamos era empezar a subir
por el camino que llega al Santuario de Valmayor. Vuelta atrás y a empezar de
nuevo.
En la
carretera, nos encontramos con la señal indicando la subida a la Ermita.
Es una
pista hormigonada, que saliendo de la carretera llega hasta la Ermita. Esta se
encuentra en medio de un gran bosque que cubre las laderas de la sierra de
Valmayor, estribaciones de Peña Sagra.
En este
lugar, al sur está el Monte Tolibes, donde se encuentra el bosque de alcornoques,
además abundan madroños y encinas.
Continuamos
en dirección hacia el Monte Tolibes, tras varias subidas y bajadas de fuertes
pendientes.
Conseguimos
llegar a los contrafuegos, con una pendiente muy prolongada.
Al final
de esta subida, nos encontramos que debemos buscar una senda para continuar
subiendo y no es tan fácil. Sitio que nos obliga hacer una pequeña trepada en
unas rocas, para situarnos ya en el inicio del camino de otro contrafuego.
Terminado
esta nueva subida, nos situamos en el collado y Pico Cutriales (862 m.), donde divisamos una panorámica
preciosa del macizo Oriental y del valle de Liébana.
Desde el
collado, tenemos que descender por una senda que pronto nos lleva al pueblecito
de Tudes. Este pueblo fue en su momento considerado uno de los más "bellos
de Cantabria".
Hacemos la
parada para comer y elegimos la plaza para ello.
Siguiendo
ruta vamos descendiendo al pueblo abandonado llamado Porcieda. Esta aldea hoy
en ruinas y que recientemente sus propietarios lo han puesto en venta, por un
millón de euros.
Nos
sorprende lo poco que queda de este pueblo, únicamente piedras y alguna que
otra madera.
Ya bajando
nos encontramos con un cartel que dice
"Monasterio de Santiago", Lugar
que desconocíamos, pero la verdad, igual que el pueblo, totalmente en ruinas.
Ya en el
descenso, pasamos por el corazón del
bosque de alcornoques, que gratamente nos sorprende, por lo extenso y su
arbolado. Observamos que la mayoría de los arboles han cortado el corcho,
dejando el tronco con un color rojizo que destaca.
Es uno de
los más grandes que existe en toda la Cornisa Cantábrica
Así
caminando comprobamos lo espectacular que es este bosque tan desconocido por la
mayoría de los cántabros y que tenemos la suerte de encontrarse en Cantabria.
Terminamos
pronto la excursión, a pesar de nuestro despiste y la pérdida de paradas que
hacemos en hacer fotos.
Ha
merecido la pena conocer este entorno y que pudiéramos recomendar a otros
excursionistas para que no dejen de visitarle.
Por fin,
Vicente, ha conseguido su objetivo.
Manolo - Vicente - Florindo
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